Javier Duarte
Recientemente presenté juntos con mis compañeros de bancada del PRI, una Propuesta para enfrentar la Emergencia Económica nacional, buscamos comportarnos como una oposición responsable que dote al Presidente de la República de instrumentos para impulsar el desarrollo del país y estar preparados en el futuro para enfrentar cualquier contingencia.
De antemano sabemos que sacar adelante esta propuestas y implicará trabajar en la elaboración de una serie de reformas y leyes que requerirá de acuerdos, trabajo compartido y búsqueda de consensos. Sin embargo, el nuevo espíritu de la LXI legislatura es precisamente el de poner por encima de cualquier interés personal o partidista los intereses de la nación, dejando detrás los tiempos de disputas y rivalidades mezquinas.
La propuesta se basa en los siguientes puntos:
Reactivación económica: proponemos, principalmente, estímulos fiscales a las empresas que generen empleos o inviertan nuevos capitales; así como leyes que hagan que el gasto público se ejerza en tiempo y forma, especialmente el que tiene que ver con proyectos productivos y de infraestructura. Impulsaremos programas intensivos de mano de obra temporal, para obra pública, turismo y otros sectores. Impulsaremos más programas de vivienda. Lucharemos para que se premie a quienes contraten jóvenes.
Regulación del sistema financiero: legislaremos para lograr que los servicios bancarios del país sean de mayor calidad y eficiencia a un menor costo, buscaremos que el Banco de México y la Secretaría de Hacienda tengan mayores facultades para regular a la banca privada. Promoveremos nuevos marcos legales para que la banca privada otorgue mayores créditos a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Política industrial: buscaremos leyes que reduzcan los costos de insumos y energéticos para la planta productiva de forma que sea más competitiva, especialmente los relacionados con tarifas eléctricas, en ese sentido revisaremos la reforma energética vigente para agregarle los artículos complementarios que requiera. Promoveremos mayor inversión en ciencia y tecnología así como mayor vinculación empresa-universidad.
Finanzas públicas: promoveremos el establecimiento de políticas anticíclicas que permitan disponer de recursos de épocas de crecimiento y superávit para el ejercicio de un gasto público con déficit en épocas de recesión- como la que estamos viviendo- para que no se frene el crecimiento. Lucharemos por un marco legal que imponga medidas administrativas y penales para el indebido ejercicio del gasto público que incluya el subejercicio del mismo. Buscaremos eliminar el IETU para pequeños contribuyentes y evitaremos a toda costa el IVA a medicinas y alimentos.
Federalismo fiscal: buscaremos eliminar los subjercicios mediante convenios que comprometan el ejercicio de recursos en el primer semestre del año en cada entidad. Promoveremos que las obras públicas sean realizadas en su mayoría por los gobiernos estatales y municipales. Buscaremos la creación de un Fondo Complementario de recursos para abatir el rezago histórico en un gran número de entidades y municipios del país.
Política Social: combate a la pobreza y a la desigualdad: legislaremos para que el pago de programas sociales se realice vía el sistema bancario para evitar uso político-electorero de los mismos. Buscaremos realizar compras consolidadas para bajar el costo de insumos y medicinas para la población. Legislaremos para que los programas sociales sin excepción sean convenidos por la federación y los estados, para que ninguno se los atribuya como exclusivos.
Desarrollo Rural: impulsaremos leyes que financien proyectos de integración de cadenas productivas y valores agregados; buscaremos hacer efectivos los mecanismos de reserva del TLC para proteger sectores afectados o en desventaja por temporadas, a su vez promoveremos la creación de una reserva estratégica de granos y alimentos. Impulsaremos programas de siembra de especies y acuacultura en los que México tiene un gran potencial.
Estos son sólo algunas de las áreas y propuestas en las que habremos de trabajar. No hay tiempo que perder; tenemos quizá una de las responsabilidades más grandes en la historia de las legislaturas del país. No podemos fallar. Si no reformamos al país y actuamos rápido, la crisis se puede acentuar hasta poner en riesgo la viabilidad del las instituciones nacionales.
Hoy más que nunca conviene, parafraseando a la premio Nóbel, Teresa de Calculta, debemos tener presente su pensamiento cuando sentenció:
Si no hago algo por mi país ¿qué valgo?
Si no lo hago yo ¿quién?
Si no lo hago hoy ¿cuándo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario