Somos una gran familia

En estos días intensos en que he recorrido el distrito, tuve la oportunidad de acercarme a muchas personas, demandas y necesidades. Ha sido una experiencia intensa en la que he recibido muchas muestras de afecto y compartido, proyectos, inquietudes, esperanzas además de anhelos.

Han sido -en ocasiones- días duros, jornadas largas; muchas horas de caminar, mirar, escuchar, sentir, compartir. Lo que más me ha llamado la atención es que a pesar del intenso trabajo, siempre me he sentido lleno de energía, fortalecido. La razón: me han hecho sentir parte de ellos, un miembro más de una gran familia de veracruzanos que aspiramos todos a un mejor porvenir.

Y si me han hecho sentir parte de una gran familia, es por que en realidad las familias veracruzanas, ese pilar de nuestras comunidades, son -me atrevo a afirmarlo- unas de las mejores, más generosas y más unidas del mundo. Todavía en nuestro estado al visitante, cualquiera que sea, se le recibe con un enorme cariño, se le comparte la mesa, se le ve como un hermano. En un mundo desgraciadamente cada vez más violento y atribulado esto ya es un caso raro, algo que se puede ver muy poco.

De ahí la importancia de conservar la cohesión e integración de nuestras familias procurando día a día su bienestar. Para mi esta no es sólo una inquietud, es mi misión fundamental como servidor público, como veracruzano e incluso como padre de familia. No tiene sentido trabajar y buscar servir a través de un cargo público si la meta final no es, siempre, el mejorar las condiciones de vida de la familia.

Y hoy en este día especial en que celebramos a la familia, no dejo de pensar en mi esposa y en mis hijos que para mi son inspiración, fuente de energía, apoyo e impulso. Pienso en ellos, en todo lo que me han apoyado en mis proyectos y carrera y más me comprometo a luchar comprometiendo toda mi capacidad, pasión y esfuerzo para que las familias veracruzanas sigan siendo ese gran núcleo del que emanan nuestros valores y principios; espacio donde se nos enseña, como en ningún otro a amar a Veracruz y a México.

No olvidaré la enseñanza de estos días de precampaña: somos una gran familia. ¡Sigámoslo siendo!, fortalezcamos nuestros lazos, conservemos nuestras tradiciones, convivamos cada día más y ayudemos, en la medida de nuestra capacidad, a las familias más necesitadas, con más carencias, hasta que logremos un bienestar compartido.

Sólo así estaremos celebrando siempre a la familia. Por lo pronto hoy de corazón, les digo a todas las familias del distrito de Córdoba y de Veracruz en su día: ¡Felicidades!