Todo esto me ha hecho ver con mayor claridad este enorme cambio que estamos viviendo en el mundo, en el que las mujeres están rebasando día a día los prejuicios y barreras de una sociedad patriarcal que las limitaba e incluso marginaba, para convertirse en protagonistas, además de conductoras, no sólo de hogares, sino de empresas, organizaciones de todo tipo, gobierno en todos sus niveles: municipal, estatal y nacional।
Y celebro que así sea. El mundo será mucho mejor que antes si las mujeres y los hombres trabajamos unidos, codo a codo, sin prejuicios, aceptando que nuestras diferencias nos enriquecen, nos complementan. Además, quién lo puede negar, ellas con su belleza, sensibilidad, capacidad de ver lo que no vemos -el famoso sexto sentido femenino- hacen que sea mucho mejor, más disfrutable y productivo cualquier proyecto, labor o desafío.
En lo personal me siento privilegiado de contar en mi campaña, con dos grandes mujeres, con mi esposa Karime, con quien además comparto mi vida entera, y con mi compañera de fórmula, Daniela। Las dos me acompañan en durísimas y largas jornadas de trabajo, son un ejemplo de entrega a los demás, de superación de cualquier adversidad, de optimismo, corazón y buena voluntad que les transmiten a todos los que se acercan a ellas।
Por ello, hoy 8 de marzo, día en que de forma especial se les festeja (en realidad todos los días se les debe rendir homenaje al respetarlas, reconocerles sus esfuerzos, además de quererlas), coincido más que nunca con nuestro músico poeta Agustín Lara, cuando las definió en la estrofa de su bellísima canción, como divinas, como celestiales.
Javier Duarte
Les comparto a todas las mujeres, a modo de regalo, de forma especial a las veracruzanas, con todo mi cariño y reconocimiento la letra de esa maravillosa pieza poética de nuestro querido y eterno “flaco de oro”:
Mujer, mujer divina,
tienes el veneno que fascina
en tu mirar.
Mujer, alabastrina,
eres vibración de sonatina pasional.
Tienes el perfume de un naranjo en flor,
el altivo porte de una majestad.
Sabes de los filtros que hay en el amor
tienes el hechizo de la liviandad.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción,
eres la razón de mi existir, mujer.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción,
eres la razón de mi existir, mujer.
Agustín Lara
tienes el veneno que fascina
en tu mirar.
Mujer, alabastrina,
eres vibración de sonatina pasional.
Tienes el perfume de un naranjo en flor,
el altivo porte de una majestad.
Sabes de los filtros que hay en el amor
tienes el hechizo de la liviandad.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción,
eres la razón de mi existir, mujer.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción,
eres la razón de mi existir, mujer.
Agustín Lara
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